Compartir la propiedad intelectual
MP3. Comprimidos de música digital
En los años
ochenta y noventa, en plena era del Walkman y el Discman (los primeros reproductores de música portátil)
llevar miles de canciones en el bolsillo parecía un sueño imposible. Hoy se
puede hacer gracias al MP3.
La industria musical ha cambiado por completo, pero no ha sido por decisión propia, como cuando se lanzó la cinta de caseta o el CD, sino por la revolución iniciada en Internet por los amantes de la música. Las tecnologías que han hecho posible el cambio son la digitalización y la compresión.
MP3
Digitalización
Digitalizar sonido o vídeo tiene una gran
ventaja: cada copia es un clon idéntico al original, mientras que con cada
copia sucesiva de una cinta analógica se pierde calidad.
Para guardar un texto en un ordenador basta con traducir letras a bytes el código ASCII.
No es tan fácil convertir el sonido (analógico) en una ristra digital de unos y ceros que un ordenador pueda almacenar y procesar. La señal analógica es una onda continua, que vemos como una curva. Al convertirla a digital lo que hacemos es tratar de reproducir esa curva con barras verticales que representan muestras de audio tomadas cada cierto tiempo.
Compresión
La
solución fue el MP3, un formato comprimido de música digital que descarta
los sonidos que el oído humano medio no puede recibir y los que no se oyen
cuando suenan al mismo tiempo que otros.
El algoritmo de comprensión MP3 consigue que se reduzca 11 veces al tamaño del archivo y mantiene casi la misma calidad de sonido de un CD.
Además, cada archivo MP3 contiene unos bytes extra en los que se almacena información como el título de la canción, autor, año de grabación, etcétera.
P2P. Redes de intercambio de archivos
En 1998 un
estudiante universitario de 18 años creó Napster,
un programa de intercambio de archivos basado en la tecnología P2P (peer-to-peer), cuyo
significado es “comunicación entre iguales”.
En Internet los ordenadores se comunican por lo general a través de servidores centrales: para compartir un archivo, un usuario tendría que subirlo a un servidor y otro descargarlo de allí. Con el P2P pueden enviarse los archivos directamente.
Esto abrió la vía de compartir a escala global, incluso material protegido con copyright. También abrió una batalla legal y las discográficas consiguieron que los jueces cerraran Napster.
Pero surgieron nuevas redes P2P como eDonkey, BitTorrent o Ares, que cada vez hacen más fácil compartir música, software y vídeos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario